Seguramente no existan caminos llanos, libres de
caídas y errores, al igual que no existen personas puras y perfectas, evadidas
de desaciertos y confusiones. Pero, "las personas no son recordadas por el
número de veces que fracasan, sino por el número de veces que
tienen éxito." Ese debe ser el camino a seguir.
¿Qué hacer cuando el guión de la película no sigue curso
previsto? ¿Qué hacer cuando el cauce de nuestra vida no sigue el rumbo deseado,
ese camino que tanto ansiábamos? La respuesta no es la huida dirían algunos…
mientras otros, ya recogen sus sueños e ilusiones para buscar un camino más
fácil e infeliz al mismo tiempo. Quizás la verdadera respuesta a nuestras
preguntas se hallé en un recóndito lugar de nuestro interior, en ese lugar
donde guardamos los mejores momentos de nuestra infancia, cuando jóvenes e ilusos nos vestíamos en carnaval de
aquello que queríamos ser de mayores; cuando rodeados de los nuestros, familia
y amigos, soplábamos las velas con entusiasmo, iniciando una cuenta atrás hacia nuestra propia
vida, una vida independiente que llegaría y de la que no habría vuelta atrás; en
ese lugar que nos vio crecer y madurar, aprender con cada patada
al balón, en cada pedalada a una bici o en cada sonrisa sentado en el banco de una
plaza; en ese
recuerdo que forma parte de nosotros y nos empuja a seguir adelante, porque todos esos
momentos son los que dan vida a la vida, porque todas esas vivencias son las
que nos empujaron a creer que era posible vivir un sueño y soñar con un mañana
mejor. Aferrarte a ser lo que ya eres, creer en lo que puedas llegar a ser.
Quizás esa sea la respuesta ante las dificultades que nos propone la vida.
Y es cierto que en algún momento de la aventura habrá
gente que te apartara la cara, que dejará de ver el futuro en una misma
dirección y dejaréis de sentir una misma creencia. Porque cuando las cosas no van
bien, muchos perderán tu confianza, dejarán de creer en ti, empezaran a pensar
en que no eres capaz de lo que te propongas y no dudarán de hacértelo saber.
¡Como si no tuvieras ya problemas, cómo para encima tener que aguantar sus
sandeces! Pero tranquilo, nada acaba mientras tú decidas que no deba acabar. Y
si es largo el camino, siempre quedará tiempo para recorrerlo; si es difícil,
sólo costará un poco más de esfuerzo; si te equivocaste, todo tiene solución.
Porque como una vez leí, confía en que la vida te llevará a lo mejor para ti;
lo que vives en este momento, pese al dolor o el desacierto que hayas
vivido, pese a las alegrías o
sentimientos que hayas sentido, es lo mejor para ti, quizás haya algo en todo
lo que te rodea de lo que debas aprender. Y confiar en que lo que tienes ahora
y lo que tendrás, es lo mejor posible para ti en cada momento. Cuesta creerlo
cuando vives al borde del abismo, con una hipoteca que pagar, con una familia
que sacar adelante y un futuro muy gris. Por ello la vida se presenta como una
cuestión de fe, no vista desde el punto de vista religioso, sino como un acto
de confianza y creencia en la vida, en un mañana mejor, en una solución
posible.
Dicen que cuando Thomas Alva Edison, el descubridor de la
bombilla, ya llevaba más de mil intentos fallidos en el camino a su
descubrimiento cuando se le acercó uno de sus ayudantes y le preguntó:
-Thomas, después de más de mil intentos fallidos, ¿no se
siente un fracasado?
A lo que Edison contestó:
-No, ahora sé mil maneras de cómo no hacer una bombilla.
Poco después, Thomas Edison acabaría culminando su obra. Él,
como otros muchos será recordado por lo que aportó a la humanidad, no por los
intentos que realizó hasta lograrlo. Pero detrás de todo eso aguarda la
verdadera razón de su éxito, esa confianza en sí mismo que traspasa lo que los
demás o su propio ayudante puedan sugerir, esa creencia que va más allá de lo
material. Y os puedo asegurar de que cuando no pierdes la fe en aquello en lo
que crees, cuando confías plenamente sin motivo ni razón en ese futuro, en ese
mañana, cuando proteges la llama de ese sueño hasta el último suspiro, tarde o
temprano la vida te protegerá a ti; porque si no pierdes la fe en tu camino,
aquello que creías ver, lo acabarás viendo. Tan sólo necesitas cerrar los ojos
y ver lo que ya crees.
Felicitaciones David, excelente y muy interesante lo que escribes en tu blog, muchos éxitos
ResponderEliminarMuy buena David!! todo un crack!!! de la escritura también, te deseo todo lo mejor y muchos éxitos en todos tus proyectos; muy buena reflexión que nos ayuda a no perder la fe a pesar de las dificultades o la oscuridad que se nos presenta, para lograr y creer lo que queremos.Suerte!!!.
ResponderEliminarAdelante David, muy excelente lo que escribes y felicitaciones por ello
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