sábado, 22 de junio de 2013

¡Héroes!



Quizás todo ocurra por algunas causa; quizás, y sólo quizás, nuestra vida siga un guión ya establecido, todo siga un rumbo que nadie puede establecer, y que nadie puede parar. Y aunque nos empeñemos en darle sentido a nuestra vida, a ser fieles capitanes de nuestro destino, todo siga un curso que no podemos controlar…


Es cierto que en  la mayor parte de las ocasiones, podremos decidir, construir nuestro futuro paso a paso, elección a elección; porque nuestro futuro es la suma de pequeñas decisiones que pasaron inadvertidas para el común de los mortales; el resto sólo veremos un resultado, una situación o un momento… pero no el camino que elegimos hasta llegar allí. Pero esta vida, tan caprichosa en tantas ocasiones, se encarga de elegir por ti, de seleccionar lo que en ese momento mereces y debes tener. ¿Y qué puedes hacer tú, un humilde humano de a pie? Sentarte a admirar como el misterio de la vida se asoma a tu puerta y te propone un reto o una dificultad, y de cuya elección, dependerá tu camino. Porque nadie elige estar enfermo, pero verlo como un reto,  llenarse de optimismo y ganas de vivir para superarlo; o hundirse en un mísero lamento de impotencia y esperar con apatía una solución; depende de ti, tú eliges ver el reto o el castigo, la dificultad o la superación, la vida o la muerte.  

La vida se mueve en unos hilos tan finos que para que todo funcione bien tiene que existir una perfección muy imperfecta. Digamos que desde el punto de vista fisiológico y funcional, es necesario que exista un orden y una perfección en todos los procesos que ocurren en nuestro organismo. Qué el humano sea un ser tan desacertado en tantas ocasiones, capaz de causar daño a sus semejantes, hace ocultar la verdadera perfección que guardamos dentro y que escondemos en nuestro interior, sólo visible cuando nacemos. ¿Acaso existe un ser más perfecto? Digamos que avanzar es por naturaleza regresar, volver a ser esos seres tan perfectos que somos cuando nacemos.

  La vida es un milagro diario. Todo en nuestro cuerpo tiene una causa y cada proceso una consecuencia. Cada órgano, cada sistema, cada uno de los procesos tienen un fin, no funcionan arbitrariamente, sino que son necesarios para la vida y  un pequeño  error puede provocar consecuencias irremediables porque todo, de algún modo, esta milimetrado… ¡Pero caprichosa vida! Un fallo en unas pocas células, de los millones y millones, pueden borrar esa auténtica perfección. Es como una metáfora que el cuerpo trata de recordarnos, porque también nosotros, solemos centrarnos en los pocos fallos que tenemos, en las pocas cosas que nos faltan o necesitamos en nuestra vida diaria…. Y que no nos dejan ver la fortuna inmaterial que nos rodea, ya sea en forma de oportunidades, capacidades, logros o personas. Millones y millones de oportunidades de que salga todo mal, y sin embargo podemos vivir, ¿Ven ahora que el vivir es algo más que una casualidad? Pero desgraciadamente, si una célula funciona mal, de entre esos millones, nos cegaremos a no ver el milagro,  y el vivir se convertirá en ese reto o castigo que la persona no decidió tener, pero sí podrá afrontar. La actitud en la vida  puede hacer que el mayor muro se convierta en una escalera hacia nuestra mejor versión, allí donde sólo nosotros podemos llegar si buscamos entre esos millones de virtudes que guardamos en nuestro interior.

Pero a veces la enfermedad llega  sin más, y la actitud es lo único que nos queda. ¡Y qué inmensa fortuna! , porque la persona que tiene actitud, jamás caerá rendida ante la adversidad, será capaz de abrir los ojos ante la luz de la vida ¿Y qué hacer cuando ves como las ganas de vivir son capaces de vencer a la muerte? Caer rendido de emoción. Porque esto es un homenaje a todos esos valientes que luchan contra algo que no se puede ver, otra de esas cosas invisibles que nos va comiendo por dentro y que quiere que poco a poco nos rindamos en esta batalla de la vida. ¿Y qué hacer si esa persona se levanta cada día con alegría y esperanza,  con ilusión y ganas de vencer en esta batalla? Sentarse a admirar a estos héroes, valientes que un día desafiaron a la muerte con lo mejor que tenían: vitalidad, alegría y sentimiento. Porque  el sentimiento es eterno y vaya a donde vaya nunca se perderá. No existe medicamento más fuerte que el optimismo y las ganas de vivir.; porque al final, ante tal demostración de lucha, valentía y entrega, la enfermedad caerá rendida a sus pies.

 
Gracias por mostrarnos la grandeza del ser humano, por ver esperanza donde sólo hay espera, gracias por enseñarnos a plantar los pies en la tierra y mirar al infinito , por aguardar con fe y mostrarnos que es posible. Sois un ejemplo de superación, de cómo en la adversidad aún existen ganas de vivir; de cómo el llanto puede dejar paso a la felicidad, sólo con una sonrisa cada día. ¡Y qué gran valor, decidir sonreír a la vida, cuando podrías rendirte en un mar de lágrimas! Vuestra lucha nos hace ver la vida con otra perspectiva, convierte cada día de nuestra existencia en algo especial, abandonando la visión apática que nos hace pensar que sólo vivimos una rutina donde solo cambia el paso de los días.  Nos mostráis como cada día que pasamos en este desierto de incertidumbre tenemos un oasis de felicidad aguardando a ser descubierto… si tú quieres. 

Porque si una persona demuestra que no quiere desaparecer en el silencio,  que no quiere ser oscuridad ni un lamento, ni romperse en lágrimas y desaparecer en una interminable historia de humo y fantasías; la vida, recompensando tu osadía, te brinda otra oportunidad, pues no hay adversidad lo suficientemente grande como para detener al hombre que cree que es posible, y vosotros sois el ejemplo, sois… ¡héroes!



domingo, 21 de abril de 2013

Que no te digan lo que eres



Aire convertido en sonido, silencios que desaparecen como la bruma que se aleja de una orilla, buscando un mar que le de cobijo, que atienda sus deseos y haga luz de donde sólo había oscuridad. Porque a veces nosotros somos esa bruma que se deshace a cada paso, ese silencio que anhela con todas sus ansias sonidos… palabras… que no son nada, pero que a veces, llegan al alma. 


Todos tenemos metas por alcanzar, sueños por cumplir, deseos que lograr… visiones de un futuro lejano, que a veces se torna incierto. Os invito a que abráis la mente a la imaginación por un momento. Si nuestra vida fuera el mar, y nosotros náufragos que navegan a contracorriente, podríamos decir que nuestra meta sería llegar a una isla donde habita el mayor de nuestros sueños, un tesoro de esos que no se pueden comprar y la única forma de llegar a él es el sacrificio, la humildad y el esfuerzo. En este viaje tendremos viento a favor en muchas ocasiones, momentos en los que todo nos saldrá perfecto, no necesitaremos a nadie para que nos ayude a avanzar… pero a pesar de ello, habrá mucha gente que estará ahí; algunos por puro interés… otros, sencillamente, porque son el mástil que nos ayuda a divisar el horizonte, son los ojos que nos guían la ruta a seguir y habitan siempre cerca, pues son la auténtica causa de nuestro vivir. Pero a veces el cielo se nubla, la luz deja paso a un horizonte de tinieblas y… ¿Quién dijo compañía? Ahora sí, la misión se torna difícil. Tu velero, que antes habitaba en paz y armonía, sólo es un barco de papel… un objeto débil, un juguete del destino. ¡Por supuesto tú tomarás el timón! Es tu velero, es tu vida, si no lo haces tú… ¿quién lo hará por ti?  En este caos, todo parece lejano, esa isla que tanto deseabas, ahora parece desaparecer, ahogarse entre tanto mar…y tú y tu ansiado tesoro, puntos diminutos en un extenso mar azul. Es en este momento, con el timón en tus manos, tratando de controlar la situación, cuando el murmullo se hará voz y la voz que deberías escuchar se hará murmullo, porque entre tanto golpear de las olas, sólo las malas voces saldrán a flote.
Tratando de cambiar tu vida aparecerán, te dirán “lánzate del barco” y mientras tú te aferras a mantener el control de la situación, ellos insistirán para hacerte ver que vives en un error. Tu miedo crece por momentos, se convierte en estrés… por no saber qué hacer. ¿Me lanzo al mar y olvido esa isla, mis sueños y todos sus tesoros? Obviamente lo fácil seria tirar todo... abandonar tus ideas, creencias e ilusiones… porque luchar a contracorriente es difícil, implica mucho esfuerzo y ser fiel a nuestras convicciones porque de otra manera, esa gente que muchas veces vive en nuestro propio barco, tratará de hundirlo… por no creer que es posible, por no entender que siempre, tras esas tinieblas que no te dejan ver más allá, hay luz en alguna parte.
Naturalmente en nuestra vida no nos dirán que nos lancemos de un barco. Pero esas personas ahogarán nuestras esperanzas con un “tú no puedes”, “no eres capaz”, “tú no vales para eso, busca algo más fácil”… en fin, “tú no eres bueno en esto ni en lo otro”. A menudo dejamos que el destino dependa de otros y lo que nos digan…cuando somos nosotros los que mejor conocemos nuestras virtudes y defectos. Vendemos nuestra suerte a aquellos que hablan sobre nuestro futuro y estos, son los mismos que el día de mañana no estarán ahí para ayudarte cuando tengas una dificultad que no puedas afrontar… porque el que te quiera de verdad te dará consejos, ¡pero jamás juzgará tu camino! Y es normal que entre tanto caos tendamos a confundir voces, que hagas verdad de la voz que te miente y apartes esa voz que trata de guiarte ahí, desde un rincón, señalándote el camino correcto porque olvidaba decir que sí, cuando las cosas van mal, la gente que desea lo mejor de ti y tu camino, las personas que esperan tu mejor versión no se lanzarán al mar, no venderán tu suerte… permanecerán inmóviles esperando que algún día, aunque no los veas, fijes tu atención en ellos para ver que nunca se fueron, siempre estuvieron ahí para darte su apoyo.

Pero no, a menudo preferimos escuchar a esa voz que te dice “no puedes”. Entre tanto desconcierto, los improbables se convierten en imposibles, lo difícil en improbable y tu tesoro… ¿quién se acuerda ya de tus sueños? Empezamos a dudar de nosotros mismos, y es normal, si esa voz te dice continuamente “que no eres capaz”, llega un momento en el que te planteas seriamente ¿Y si estoy equivocado, y no puedo realmente? Tus virtudes se transforman en defectos, tus hazañas en logros vulgares, tus trofeos en marionetas y tú…. Ya no eres el mismo que antes. Y pensar que todo por un comentario, por la burda opinión de alguien que no sabrá lo que escondes realmente, que no conocerá el héroe que guardas dentro y que ambiciona salir a la luz. Sin embargo, ¿sabéis como acaba esta historia? Ese valiente naufrago acabará olvidando el motivo de su viaje y la isla, los sueños y sus tesoros acabarán olvidados… hundidos en un eterno mar de silencio… y esa mala voz se convertirá en grito, airosa por haber vencido una vez más.
A veces una palabra puede ser el impulso que necesitamos para salir adelante, una frase que devuelva la tranquilidad a esta tormenta para emprender nuestro naufragio; pero que cuando ésta no llega o lo hace para privarnos y poner unos límites que supuestamente nunca alcanzaremos, ese impulso pasa a convertirse en un hundimiento. Por ello os animo a que regaléis palabras de ánimo a los que más lo necesitan, sencillos vocablos que son gratis, pero de valor preciado. Y no dudéis en ensalzar sus virtudes cuando veáis a alguien que se ha hundido o ha sido hundido por otros, porque con una sencilla palabra, con un mínimo gesto de apoyo, puede que le devuelvas las ganas de seguir luchando, recuerde el sentido de su vida o quién sabe, recupere las ganas de vivir.

Tú que alguna vez fuiste esclavo de las palabras de otros; tú que fuiste empujado al fondo, cuando tratabas de salir a flote; tú que guardas la verdad sobre tus capacidades, que sólo necesitas escuchar esa voz interior que te dice que algún día lo lograrás; en fin, tú que tanto has navegado con la opinión de la gente en contra, persigue tus objetivos aunque sólo tú creas en ello y te conviertas en un loco lleno de cordura. En este camino a la verdad he escuchado mucho murmullo… pero poca certeza y demasiado desconocimiento de los que más hablan. Porque los que más saben, callan.

Recuerda que al final sólo tú decides: abandonas todo… o puedes empeñarte en demostrar que ese que te dijo que no podías, ese que trataba de aplastar tú camino a base de patadas no era lo un obstáculo lo suficientemente grande como para desviar tú camino, sino una pequeña piedra que lejos de tirarte, te ayuda a ver las cosas de otra manera, hacerte más fuerte cada vez. Siempre esperamos a la aprobación social para emprender nuestro naufragio, que nos digan que somos capaces porque así pensamos que lograremos antes el éxito. ¿Y qué es el éxito? Reconocimiento social… ¡son medallas que nos cuelga la gente! Podemos ser campeones de nuestro camino si aprendemos a no depender del reconocimiento social. Todos tenemos gente que tratará de manipular nuestro camino por no verse capaces de hacer algo que otros si lograrían… la clave seguir navegando cuando el necio te dice que pares; luchar contra viento y marea cuando el ignorante te anima a abandonar tus sueños; demostrar tu valor cuando te dicen que no eres capaz; marcar tú las huellas cuando quieren imponer tu camino… porque el verdadero éxito es ser fiel a uno mismo, demostrar lo que realmente eres, cuando otros dictaminan lo que deberías ser.

"Callando el murmullo" 

Ojalá el constante murmullo muera
aquel que nace en las aceras, error
convertido en mentira sin pudor,
veneno en la boca de cualquiera.

Lamento que mi suerte ayer se fuera
rabia que contenida en un hervor
volverá para callar sin temor
a el ignorante falto de mollera.

Hablar es vuestra mafia calabresa
pensáis que ya no lo lograré
mis espaldas oyen vuestra simpleza.

Sabed que mi sueño no será presa:
nunca me doy por vencido. Lo sé,
¡allí es donde reside mi grandeza!


               19/01/2012  David D. Gª Meléndez


jueves, 4 de abril de 2013

Camino a una zoociedad



¿Serías capaz de definir qué es el progreso? Ya de entrada, con esta sencilla pregunta, más de uno habrá errado al confundir progreso con otro término como es el confort: pues no es lo mismo avanzar que tener más comodidad, y estas dos concepciones, aunque a veces están relacionadas, no siempre es así y tendemos a confundirlas.

Marx, en su análisis que realizó a la sociedad capitalista, concluyó que ésta se basa en el beneficio que se genera a costa del trabajo del obrero. Para entender lo que esto supone, pasaremos a explicarlo de una manera sencilla. Por una parte, el empresario posee unos medios de producción y el obrero, a partir de esos medios, produce una serie de bienes que tienen un valor en el mercado por el cual se compra. Para obtener beneficio, el empresario tiene que vender el producto a un precio que reporte ganancia y esto sólo se puede lograr si se resta valor al esfuerzo y el tiempo trabajado para elaborar el producto. Por lo tanto, para conseguir esta ganancia capitalista, únicamente se paga una parte del tiempo trabajado quedando el resto del tiempo sin pagar. Este tiempo sin pagar es lo que llamamos plusvalía, y corresponde al beneficio que obtiene el capitalista, siendo el proletariado, la clase obrera, caracterizada por tener que vender su fuerza de trabajo.


Esto, que a priori parece simple y sin ningún peligro para el hombre, puede convertirse en una de las mayores amenazas para éste. En este sentido, a grandes rasgos podemos poner el ejemplo de algunos países asiáticos donde existe mano de obra barata. En condiciones inhumanas, trabajan entre 10 y 14 horas para obtener unos salarios insignificantes con los que salir adelante en sus vidas, con lo justo para poder vivir, pero nada más. ¡Y de nuevo esa espada contra la pared! O vives para trabajar o trabajas para vivir, y si esto no es así, probablemente acabes en un gueto alejado de la visión de esta humanidad, apartado en una esquina del mundo como el que oculta sus secretos debajo de la cama, creyendo que allí nadie lo verá… siempre que no se fije lo suficiente. Pero este problema no queda aparcado a un rincón de este extenso planeta azul, sino que más bien es un PROBLEMA GLOBAL que nos afecta a todos. Y os preguntareis, ¿de qué manera la explotación en un país tan alejado de mi residencia, puede afectar a mi forma de vida? La respuesta es bastante rotunda: el mayor beneficio que obtienen las empresas a costa del trabajo de estas personas provoca que estos imperios capitalistas desplacen sus negocios hasta estos países donde los derechos humanos son como el cuento de la lechera, todo el mudo ha oído hablar de él, pero no deja de ser una fantasía alejada de la realidad. El aumento de producción y beneficio de estos países tiene unas consecuencias inmediatas: aumento de paro e incertidumbre laboral en los países ricos, pues para qué van a comprar nuestros productos si en los países pobres los producen más baratos. Esto genera aún más explotación y esclavización por parte de los empresarios que se aprovechan de la desesperación de la gente ante la necesidad de sacar a sus familias adelante con un salario… aunque sea injusto y en condiciones indignantes. El arma de los capitalistas es sencilla: o trabajan en las condiciones que les ofrezco y me entregan los productos al precio que me interesa, o me busco a otro que se arrastre por el suelo para que mi empresa puede obtener mayor beneficio. Esto sin duda se ha incrementado en los últimos años con la aparición de grandes multinacionales que disminuyen la competencia por la desaparición de las pequeñas empresas haciendo todavía más fácil imponer sus normas a modo de régimen dictatorial… a pesar de la legislación que existe para regular el derecho de los trabajadores. Pero ya saben,  ¡las leyes y el cuento de la lechera otra vez! Siempre quedará el ruido que puedan hacer los sindicatos, siempre que no venga un listo que ponga precio a su silencio… 


Ya han visto que por muy grande que sea el mundo, a modo de puzzle, unos estamos conectados con otros e inevitablemente, un problema en una esquina del marco puede provocar que toda la imagen de este rompecabezas se derrumbe lentamente, pieza a pieza, vida a vida, dejando entre ver que todos, de una manera u otra, estamos interconectados para lo bueno y lo malo. Por ello, queridos amigos, si algún día la injusticia llama a la puerta del vecino, no piensen que el problema ajeno no es algo que me pueda afectar y se escondan en la suya pensando que así la evitarán, pues tarde o temprano, conectados por algo que no podemos ver,  la injusticia también llamará a la nuestra. De esta manera, podemos comprender que el crecimiento económico ligado a la sobreexplotación y pérdida de derechos por parte de los trabajadores no forma parte del progreso. ¿Hay evidencias de que cada vez se valora menos la labor del obrero? ¿Hay signos de una “progresiva” explotación? Como no es lo mismo verlo que contarlo, os las dejo para que vosotros mismos podáis apreciar cómo se puede trabajar más y más… y ser más pobre cada vez.
 http://economia.elpais.com/economia/2013/03/13/actualidad/1363205698_905801.html
 Claro que siempre habrá gente que diga que el pobre lo es porque se lo ha buscado, porque no quiere trabajar, porque no busca trabajo… y demás insensateces contaminadas por el pensamiento tradicional, cerrado e ignorante del humano que no quiere ver lo que es una obviedad. Y no los juzgo por ver las cosas así,  quizás esta contaminación involuntaria a la que estamos sometidos diariamente sea lo más detestable de todo este entramado… porque, ¿qué puedes esperar cuando los altos cargos nos venden la COMODIDAD y el CAMBIO como el progreso hacia una “humanidad mejor”? Que el humilde e inofensivo ciudadano de a pie, ceda y acepte que si lo dicen, es porque es así sí o sí. 


Atendiendo a cada uno de los factores por separado podemos abrir los ojos más fácilmente. La TECNOLOGÍA y su consecuente COMODIDAD, encaminada a la facilidad del hombre, no es más que una excusa para aumentar la producción a la hora de llevar a cabo su labor en este proceso. Obviamente esto tiene sus ventajas, pues es más fácil enviar un sms o llamar con un móvil que mandar una carta como hacían antes. ¿Pero es más humano ir en el metro y mirar alrededor, ver mundos separados por la carcasa de un móvil enviando mensajes sin parar? ¿Es más humano que las reuniones familiares o de amistad se conviertan en reuniones individuales con el móvil en la mano? Reconozcámoslo, cada vez pasa más. Y bien es cierto que todo en una cierta medida es bueno, ¿pero quién nos asegura que esto no se nos puede ir de las manos? ¿Quién tiene la certeza de que no caminamos hacia una “progresiva” deshumanización? Puede que pronto las calles, los parques, las plazas queden vacías… por no tener niños que acoger, vendidos al calor de un ordenador que les da todo lo que piden, pero que les hace un flaco favor. Pero como digo, esto no se verá en 10, 20 años… quizás deban de pasar varias décadas y quién sabe, a lo mejor sea tarde cuando queramos remediarlo. 


Por otra parte encontramos el cambio. Si, nuestra sociedad ha cambiado en muchos aspectos… pero todos físicos. ¿Acaso ahora las personas son más respetuosas y menos egoístas, falsas e hipócritas que antes? Obviamente todos tenemos momentos para todo… pero esas ansias de poder y dominio, que en ocasiones nos muestran una sociedad dividida, con estamentos separados como en ese Antiguo Régimen del que tanto “hemos cambiado” y donde el pueblo llano es el que siempre carga con la responsabilidad y el peso de las desacertadas decisiones de los políticos y bancos que ahora pueblan el techo de esta pirámide societaria; esas ansias, no han cambiado.

También ha cambiado la riqueza en el país y lo hace continuamente. Los políticos nos marcan la senda del “progreso” como el crecimiento económico para 2014 y este crecimiento es la mayor evidencia para ellos. Pero perdonen, ¡se han olvidado de lo más importante! No es el crecimiento, sino la distribución del crecimiento económico, que creo que en eso también progresamos…http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/03/20/actualidad/1363816774_200137.html?rel=rosEP




Llegado a este punto, siguiendo con un tono sarcástico e irónico como he mantenido durante la crítica me gustaría acabar con otro ejemplo gráfico. Si el crecimiento económico, el cambio, la tecnología y la comodidad es el progreso: si a un gorila le doy dinero, lo maquillo y lo visto, le doy un ordenador y un móvil de última generación para que le sea más cómodo vivir, ¿está progresando? De nada serviría esto si no lo educamos, porque la educación es la base del progreso. Una educación que dote a la persona de los valores que poco a poco vamos perdiendo…. Porque el hombre tiene un gran potencial, pero para que pueda actuar como tal, necesita ser educado… porque el ser que no es educado, poco o nada tiene de dispar con el gorila del ejemplo.

Este progreso  superficial que nos venden tiene un alto precio: la corrupción, los desahucios, todas esas familias que viven en la calle por no tener un lugar donde ir mientras los bancos acumulan casas vacías, la esclavitud de los trabajadores en los países menos desarrollados… ¿Pero sabéis quien paga los platos rotos en el camino progresivo a esta zoociedad?


Me gustaria que compartierais esta entrada para ver si entre todos, demostramos que este no es el camino a seguir. Para concluir,  nos encontramos la misma pregunta que al principio: ¿Qué es el progreso? Invertir en una educación que nos convierta en una sociedad repleta de personas llenas de sentimiento, verdad y honradez, capaces de agradecer cada gesto y capaces de perdonar cada error; seres que huyan de la mentira y que posean actitud para cambiar el rumbo de este mundo que poco a poco es más artificial; mentes autónomas que no cedan a chantajes y hagan de la libertad su bandera; personas que posean la suficiente empatía como para ayudar al necesitado, haciendo brotar valores como la tolerancia, honestidad, amistad, el amor o la sinceridad , valores que no entienden de cambios, que no necesitan tecnología ni comodidades, porque los llevamos guardados dentro y  sólo necesitamos que nos enseñen a sacarlos fuera. Pero ese ser, capaz de utilizar a sus semejantes como herramienta de trabajo sin algún pudor, es el mismo capaz de dar su vida por salvar la de los demás, porque humanos somos todos, pero el verdadero progreso, es todo aquello que nos acerca a lo que verdaderamente somos.

sábado, 16 de marzo de 2013

El tiempo que nos queda



“Mis ojos seguían empañados ligeramente. Con la cabeza apoyada en la ventanilla del tren, no podía evitar entristecerme cuando veía el horizonte pasar a gran velocidad recordándome que, igual que en mi vida, todo pasaba rápidamente sin dejar lugar a la reacción. Desde que nacemos, sin poder evitarlo, iniciamos un desarrollo natural que no podemos parar, sólo truncar. Algo similar a lo que ocurre cuando encendemos la mecha de una vela: sabemos que lenta e incesantemente se irá consumiendo, gota a gota, llama a llama, hasta acabar desapareciendo, apagando la luz de la vida para permanecer sucumbido en las tinieblas. Ese era el pensamiento que no dejaba de rondarme la cabeza, el no ser eterno. ¿Por qué no ser inmortales, infinitos, y vivir hasta la saciedad? “

Este fragmento de mi libro “El Comienzo de la Victoria” refleja en pequeña instancia una parte de nuestra vida, y la esencia de esta entrada. Somos esa vela que lentamente se irá consumiendo para ser sólo un recuerdo en este pasajero mundo, y de la cual no quedará nada, porque nuestra luz viajará con nosotros allá donde prosigamos el camino. Y lo más asombroso de esta aventura es, sin duda, que nosotros no elegimos encender la luz de la vida, pero que cuando sucede, ya no hay vuelta atrás, no existe retorno posible. Nadie elige nacer y nadie conoce su destino, pero en esta absurda paradoja, procedente de la nada y camino a “no sé donde”, hay algo que pasa y cambia, el tiempo; y hay algo que pase lo que pase será nuestro… lo que verdaderamente somos.

El recuerdo es importante en este camino sin retorno, pues para saber dónde vas, necesitas saber de dónde vienes. Ahondar en tus orígenes, en el pasado, en tus recuerdos, en esa niñez que poco a poco desaparece, en aquellas tardes donde la mayor preocupación era ganar el partido de fútbol o conocer la hora para quedar al día siguiente… ¡porque no había móviles! Pero año tras año ves como, esos amigos, esos familiares que te hicieron un día sentirte rey de tu mundo, van desapareciendo en este camino y aquellas tardes al sol de la plaza o en los bancos del barrio, jugando al ocaso del parque más cercano, todos esos recuerdos que te hacían tan feliz, van quedando incompletos porque los personajes de estas historias van desapareciendo incesantemente, y observas perplejo y con resignación, como esos actores que daban sentido a la historia de tu vida, se esfuman sin un adiós posible, como el atardecer que caduca un día tras otro sin compasión alguna. Pero el tiempo no sólo se llevará a aquello que más quieres…sino que a veces, también se encargará de recordarte lo poco acertado que estuviste en algunas decisiones, en pequeños detalles que fueron invisibles para ti y el resto de mortales… pero que de algún modo u otro, marcaron el resto de tu vida. Y es al ver esa mochila cargada de errores, cuando perdemos una pequeña parte de nuestra vida deseando volver atrás para cambiarlo o que todo pase rápido para solucionarlo, convirtiéndonos en esclavos del tiempo por no comprender que somos seres imperfectos que erramos una y otra vez, pero que en este camino fatal, lo importante es avanzar…y a veces esa mochila debemos dejarla aparcada durante un tiempo; porque es con el paso de los años, cuando somos capaces de ver la inteligencia que se esconde tras cada equivocación. Y es verdad que a veces, al mirar atrás, es inevitable recordar a las personas que el tiempo se llevó y a todos los errores que ha cometido la humanidad… pero lo importante es saber que siempre guardaremos lo mejor de nosotros y de todos los que un día, antes de marcharse, nos dejaron algo que el tiempo jamás podrá llevarse: ese recuerdo imborrable de todos los momentos que compartieron con nosotros; de todas las alegrías y dificultades que fuimos capaces de afrontar juntos, prometiendo que el mañana nos traería un futuro mejor, y que estaríamos juntos para vivirlo; de esos gestos que consiguieron vencer al olvido y aún recorren tus venas para arrancarte una sonrisa, tardes que para ti fueron especiales, sólo por su grata presencia. En definitiva, todos esos recuerdos de personas que todavía hoy, pueblan de vida nuestros pensamientos, y que a pesar de los años hacen que aún, mucho tiempo después, los sintamos cerca.

No obstante, el tiempo siempre otorga otra oportunidad. No sucumbáis pensando en aquello que pudo haber sido si tenéis hoy la oportunidad de agradecer todo aquello que la gente cercana hace por ti y que no somos capaces de valorar por una sencilla razón: a menudo olvidamos que algún día la gente que nos rodea no estará ahí, porque el mundo cambia y nosotros cambiamos con él. No esperes a mañana para demostrar lo que te importa una persona, no esperes a mañana para decirles a tus padres lo muy agradecido que les estas, o tus hermanos, amigos, tíos… etc porque algún día, sin previo aviso, quizás sea demasiado tarde. Como decía la historia “Tesoros invisibles”: Posiblemente, el gran problema del ser humano sea, sólo creer en lo que ve y no considerar lo que tiene, porque sólo al perderlo, es cuando vemos lo que tuvimos y creemos considerarlo.
La vida es presente y el presente es hoy, esta es nuestra única realidad y de nada sirven los lamentos, pues el tiempo que pasas pensando en el pasado o el futuro, es tiempo que le robas al presente, y la única forma de cambiar el rumbo de tu velero es estar aquí y ahora, tomar el timón de tu vida para que el pasado no te lleve mar adentro y te convierta en un velero sin futuro y sin rumbo, sin vida ni remedio posible.

Por eso la importancia de apreciar lo que tenemos hoy, este es nuestro tesoro más preciado, y tal vez sólo seamos capaces de apreciarlo cuando dejemos de obviar que nuestra vida no siempre será así, como la conocemos ahora. Solemos esperar el momento adecuado para actuar, para agradecer, para perdonar… ¿y a qué esperas para vivir? Quizás ese momento adecuado nunca llegué y habrás desperdiciado la oportunidad diaria que te brinda el presente. La vida es eso que pasa mientras piensas en un difuso ayer, o en un futuro incierto; incluso estas palabras, hechas en presente y participes en un futuro, ya forman parte de un pasado. También es importante no obsesionarse con el futuro, avanzar sin prisa porque paso a paso, el futuro viene sólo. Y no crear tiempo pensando en planes futuros…. porque a veces surgen obstáculos imprevisibles, inevitables, y que pueden hacer cambiar todo cuanto aún podías pensar o desear. Nos cuesta entender que cada momento es único, especial, y que cada día que pasa hacemos historia viva de nuestra vida. Jamás habrá otro 16 de marzo de 2013… y nosotros estuvimos ahí para vivirlo. ¿Veis?

El tiempo, que nos ha quitado tantas cosas y tantas personas en nuestra vida, que tratará de esclavizarnos y convertirnos en siervos a su merced y voluntad, que nos martiriza y no nos deja ver la luz cuando más la necesitamos, que se para cuando más deseamos que avance y avanza cuando más queremos que se detenga…ese dichoso tiempo, es el mismo que nos guiará a nuestro  mejor final.  Que no es caer el mayor error, ni la muerte la peor caída… sino sucumbir en el tiempo y no dar los pasos suficientes para ser inmortal, porque todo pasará pero nuestro recuerdo, siempre será eterno.