Cerremos
los ojos por un momento, y en el silencio de esta metáfora, pensemos en todo
aquello que se escapa en cada mirada superficial, en cada comentario que
hacemos sin una verdad, y en cada una de las verdades que se pierden por no
haber mirado más allá de lo que la vista nos ofrece.
Seguramente
seriamos incapaces de pasar un sólo día sin mirar a lo que nos rodea, taparnos
los ojos para vivir la realidad de otra manera; y a pesar de que basamos
nuestro mundo en lo que vemos, miles de personas ven únicamente oscuridad;
imágenes que una deficiencia en la vista, se llevó para no regresar jamás. ¿Y
acaso por ello los ciegos viven peor, o más infelices que nosotros? Toda mi
admiración a esa gente, que ha aprendido a ver más allá y a mirar con el
corazón para encontrar la verdadera realidad, la que se esconde en el suspiro
de un deseo, en el roce de esa mano que te abraza asegurando que todo irá bien
o en el silencio de la tristeza, sabiendo que ya nada será igual. Y no importa
que no puedas mirar la cara de esa gente que te quiere, que no puedas sentir el
fervor que causa un atardecer, que no puedas mirar a los ojos a quien te hace
feliz; porque estoy convencido de que serás capaz de ver más lejos de la apariencia
y el poder, y te puedo asegurar, que los auténticos ciegos son los que no ven
más allá. Porque la imagen es una foto que se borra con el tiempo, pero
vosotros no buscareis una mano, sino la intención del que te la tiende; no
deseareis un objeto, sino la utilidad que puede tener en vuestra vida; no os fijareis
en el atardecer, pero sí en la persona con quien lo compartís, y estoy seguro
de que si algún día encontráis el amor, seréis los más felices del mundo,
porque no veréis una cara bonita, sino esa belleza interior que ni el tiempo ni
los años es capaz de llevarse.
Este es
nuestro mundo; plagado de ciegos que ven, y videntes que se ciegan. Vivimos en
una sociedad que nos incita a creer que sólo existe lo que vemos, y donde todo
aquello que se escapa a nuestra mirada, es sólo un espejismo. A veces nos
cegamos nosotros… y otras veces, sin quererlo, nos ciegan. La tele sólo nos
informa de las cosas malas, de las desgracias económicas que tanto sufrimiento
arrastran, los desastres meteorológicos o las barbaridades que puede llegar hacer
un hombre si le dotan de un arma ¿Qué pasa, acaso no ocurren cosas buenas en el
mundo? Parece que lo que no ves, no ha existido y los medios de comunicación
sólo informan desde punto de vista que hace ver la realidad de una manera
determinada. Creo que para que el mundo mejore, deberíamos cambiar nuestra
mentalidad y en vez de buscar los defectos y errores de este mundo tan
imperfecto, fijarnos en lo bueno que tenemos, en cada una de nuestras virtudes,
y no echar en falta todo aquello que nos falta, porque seguramente si en
la televisión nos mostraran cosas buenas del mundo, esto nos incitaría a
realizar buenas acciones: somos lo que vemos. Pero hay veces que por no sufrir,
preferimos no mirar; o hay veces en las que, sencillamente, preferimos mirar a
otro lado. Porque mientras nos hablan de corrupción, mientras solventan nuestro
hambre de verdad con falsas esperanzas de recuperación económica y absurdas
tensiones políticas, hay verdaderos dramas que merecen un espacio igual o mayor
en los informativos: porque miles de personas mueren de enfermedades como el
cólera en países de menor desarrollo y que se solventaría con una humilde
inversión económica. Pero por lo visto no interesa que miremos allí, porque
piensan que si no lo vemos, no existe el problema. Y queridos amigos, no hay
mayor error que el de aquel que no quiere ver, por muy duro que sea mirar.
Os
animo a ver el video entero para entender mejor de lo que os hablo y abrir los
ojos a la verdad que la televisión no nos muestra… o podéis no hacerlo y ser uno más, para
sentiros como aquel político que mira a otro lado, pensando que así cambiará
algo.
Esto no es sólo un problema social y alejado
de nuestra vida: es algo que nos involucra a todos y cada uno de nosotros. La
mentalidad de esta sociedad hace que nuestra vida se tambalee en un resultado
que no siempre dependerá de nosotros. El mundo sólo verá una nota, una
calificación, y desgraciadamente para
él, todo ese esfuerzo que no se aprecia
en cada victoria o fracaso, todo ese sacrificio que realizamos para obtener un
número que nos clasifique, pasará desapercibido, será una voz en ese extenso silencio
que nunca nadie podrá escuchar o sentir. Porque más allá de cada número en
nuestra vida, nadie verá esos días en los que nos levantamos con ganas de
comernos el mundo; nadie valorará esos días en los que deseas que la tierra te
trague por no ver recompensados cada uno de tus pasos; nadie verá tus verdades
y dificultades que sacaste adelante en el silencio, luchando contra viento y
marea, y que al mostrarlas al exterior parecerán excusas… cuando realmente sólo
existen verdades, porque nuestro camino está repleto de zancadillas… pero el
mundo no busca explicaciones, sólo quiere ver que lo consigas; no verá más
allá.
Todo el
mundo lo sabe, pero pocos pueden hacer algo para cambiarlo… aunque estoy
convencido de que cada pequeño detalle cuenta: si dejamos de ver una imagen, y
nos preguntamos qué hay detrás. Espero que compartas este post, para ver si entre todos, poco a poco, comenzamos a abrir
los ojos…. O si no, dejareis que el silencio siga ganando esta batalla. Pero
recordad que sólo nosotros conocemos la
dificultad y el valor que se esconde detrás de cada uno de nuestros pasos, y
que más allá de lo que puedan ver o decir, somos dueños de nuestro mérito.
¡Nos vemos en dos semanas!